
YS I&II
Descubriendo una joya
En diciembre de 2007 me dió por probar el juego YsI&II para Pc-Engine CD en su versión americana. Se trata de un disco que contiene las dos primeras entregas de la saga Ys porteadas a la pc-engine. Antes de comentar mis impresiones voy a hablar brevemente de la información que he encontrado sobre estos dos juegos.

El primer Ys (Ys I: Ancient Ys Vanished) es de 1987 obra de la compañía Nihon Falcom, y salió para un ordenador japonés, concretamente parece ser que todo empezó en el NEC-PC8801. Después sería porteado a otros ordenadores japoneses de la época y a consolas (Famicom y Master System entre ellas), e incluso creo que posteriormente ha ido saliendo en otros sistemas más modernos como Sega Saturn o Playstation 2 -desconozco si en forma de remakes o en algún recopilatorio, etc.- Un año después, en 1988, apareció la segunda entrega Ys II: Ancient Ys Vanished The Final Chapter.

Y finalmente en 1989 estos dos juegos se portean al pc-engine CD, en un único disco algo así como si fuera un recopilatorio de estas dos primeras entregas. Primero salió en Japón y un año después, en 1990, llega la versión americana -con textos y voces en inglés- para la Turbo Duo.
Ys I es un RPG de acción, de hecho uno de los primeros. Hay pueblos, personajes con los que dialogar, mazmorras, mundo exterior, puntos de experiencia, etc. Tiene todos los ingredientes básicos del RPG de acción japonés. Y el Ys II continúa en esa línea. El héroe es Adol, un único personaje al que controlamos (al estilo Link en los Zelda, es decir, un único personaje principal jugable).
Impresiones
Decía que me dió por probar el YsI&II. Lo primero comentar que desde el inicio no se puede seleccionar juego, es decir, debes pasarte primero el Ys I para desbloquear la segunda entrega y así jugarlas en orden. Vi las escenas iniciales y me gustaron bastante. Entonces empecé a jugar.

Al principio me sentía un poco desorientado. Estaba dándole caña a un juego con más de 20 años a sus espaldas y eso me creaba cierta inquietud sabiendo que el género no era precisamente un matamarcianos. Digo esto porque en otras ocasiones he intentado ponerme con clásicos como el primer Final Fantasy de NES... y no lo aguanto ni de coña. Sin embargo Ys es diferente, supongo que la ausencia de combates por turnos influye de forma decisiva en este sentido. Ys fluye de manera genial, es dinámico y súper jugable.
Los gráficos cumplen. Son simples y se notan los años aunque no tienen esa fealdad de otros RPGs antiguos.
Pero el punto principal donde quería llegar ahora es a la música. Pocas veces he flipado tanto con la música en un videojuego. Me cuesta definirla, no sé diría que es salvaje, variada, especial, carismática, diferente, fresca... Cuando me enfrenté al primer jefe del juego de pronto escuché un temazo súper cañero que me dejó alucinado. Yuzo Koshiro es la hostia pero no conocía su trabajo en este título. Se me pone la piel de gallina y me impresiona más al pensar que este port data del año 1989. Supongo que en el ordenador NEC no sonaría tan bien (aunque la composición es soberbia así que no importa demasiado, incluso en una gameboy sonaría esta BSO decentemente) pero en este PC-Engine, con calidad de audio CD, esto ya es la hostia. Y se me sigue poniendo la piel de gallina pensando en cómo deberían flipar los afortunados que entonces lo jugaron. Debía ser impresionante.

Luego encima es que el juego es extraordinariamente adictivo y bien diseñado. La música le termina de dar ese toque carismástico, le otorga una personalidad tremenda a cada escenario y eso repercute muchísimo en mi manera de ver la aventura. Estoy muy enganchado al juego, es la hostia.
Finalizando
En fin, he terminado el Ys I. Las mayores pegas que he visto han sido la escasez de localizaciones y que la torre final es demasiado repetitiva. Otra cosilla, compensa el hecho de que no es un juego fácil y algunas peleas suponen auténticos desafíos lo cual me agrada bastante. Para mí ha sido toda una sorpresa encontrarme con este juegazo que es quizás uno de los padres del RPG de acción japonés.
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